Entre la intelectualidad urbana, la década de 1870 coincidió con el climax de un movimiento de "acercamiento al pueblo". Makovski, preocupado por los problemas sociales y políticos en que estaba sumida la sociedad rusa de finales del siglo xix, ingresó en 1872 en el grupo de "Los Ambulantes". Los casos sumamente dramáticos de detenciones, encarcelamientos y exilios proporcionaron al grupo una rica fuente de temas de tipo psicológico. En Convicto el personaje del revolucionario social adquiere categoría de héroe, en gran medida gracias a la actitud de simpatía de los campesinos y a la comedida comprensión de los soldados que lo rodean. Para el espectador de aquella época resultaba evidente que al hombre se le acusaba de actividades políticas contra el régimen zarista y se le condenaría a la cárcel o a un largo exilio en Siberia.
