El cinturón, un accesorio antiguo de la vestimenta rusa, era de uso obligado tanto en la indumentaria de andar por casa como para salir a la calle. El cinturón, al igual que la cruz, se consideraba una señal de que su portador profesaba la fe cristiana; era una suerte de talismán. Los miembros de una familia se regalaban entre sí cinturones. Era, asimismo, un elemento presente tanto en la pedida de la mano de la novia como en las ceremonias nupciales. Los materiales para la fabricación de los cinturones eran variados: hilos de lino, de lana, de seda y metálicos. Los extremos de este accesorio se decoraban con especial elegancia: borlas, flecos, composiciones con pompones y cordones entrelazados.