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Témpera sobre madera
103 x 76,5
Пост. после Выставки памятников древнерусской живописи, организованной Наркомпросом РСФСР в Германии, Англии и Америке в 1929—1932 г.
Происходит из Георгиевской церкви в Новгороде
Cedido tras la Exhibición de monumentos de pintura antigua rusa organizada por el Comisariado Popular de Educación de la Unión Soviética en Alemania, Inglaterra y Norteamérica en 1929-1932.
Procede de la iglesia de Georgui de Nóvgorod.
Se trata de una complicada composición que agrupa cuatro escenas independientes pero al mismo tiempo relacionadas unas con otras. En la Resurrección de Lázaro se representa el milagro evangélico de Cristo que simboliza la posterior resurrección de los muertos. La Trinidad del Antiguo Testamento es una imagen tradicional de una de las grandes festividades de la Iglesia cristiana: el símbolo de la Trinidad divina, representado en forma de tres viajeros que visitan la casa de Abraham y Sara. En la Presentación de Jesús en el Templo se representa la escena en que se encuentran por primera vez el niño Jesús y el anciano Simeón, que había previsto la aparición del primero. Juan Apóstol, que, como su nombre indica, fue apóstol y evangelista, aparece en el momento de iluminación divina dictándole las palabras del Nuevo Testamento a su discípulo Prócoro. La obra es poseedora de una proporcionalidad asombrosa y más que evidente. Esta se manifiesta en sus fuertes tonos y en la atrevida y dinámica estructura de la composición, así como en el acabado y la maestría del dibujo. La escena de la Resurrección de Lázaro está llena de movimiento. Y es que aquí todo está basado en contrastes que enfatizan la acción de las emociones. La viveza de los ritmos disonantes, y en particular la de los picos de las montañas, que parece como si saltaran a su encuentro, oscurece debido a la aguda confrontación de los principales objetos coloreados: los anaranjados cálidos y los verdosos fríos. Asimismo, llama especialmente la atención la capa bermellona de María, la hermana de Lázaro, que aparece cayendo a los pies de Cristo. Cristo se muestra entre sus discípulos y apenas se resalta. Solo el inquietante ritmo de los pliegues de su indumentaria recalca el significando de Su imagen. La composición de la Santa Trinidad muestra más equilibrio. Aunque en ella también es patente la confrontación de las líneas diagonales y las formas redondas del ángel central que tanto destacada por sus dimensiones. En la Presentación de Jesús en el Templo destacan los activos contornos de las figuras y los grupos, que enfatizan las pausas entre ambos. La escena del apóstol Juan y Prócoro en la isla Patmos impresiona por la monumentalidad de sus formas, su extremo laconismo y el inesperado dinamismo de los picos de las montañas. El colorido del icono se basa en un ocre amarillo, bermellones, carmín y diversos tonos de verde y dorado (el fondo y las líneas de pan de oro de los dibujos). Todos los puntos a destacar de la obra —en particular, la estructura y la armonía de colores— son característicos de los iconos de Nóvgorod del siglo XV, momento en que se alcanzó el mayor esplendor en la pintura de los mismos.