Cedido en 1962 por el museo-reserva Kirillo-Belozerski.
Proviene del iconostasio de la catedral de la Natividad de Súzdal del monasterio de Ferapóntov.
Su iconografía se remonta a la variante que ofrece el famoso icono del siglo XIV de la catedral de la Resurrección de la ciudad de Kolomna (en las afueras de Moscú). En el centro de esta compleja composición se encuentra la figura de Cristo resucitado, tras haber vencido a la muerte, vestido con brillantes ropajes dorados. Bajo los pies del Salvador se halla abierta la negra cueva del infierno. En ella se observan demonios retorcidos cuyas figuras recuerdan a nubes oscuras de humo. Cristo se ve rodeado por un halo azul claro resplandeciente que contiene doce ángeles que, con sus largas lanzas, derrotan a los demonios, representación de los vicios. En las manos de los ángeles se ven esferas blancas que designan las virtudes. Aparentemente, el icono reflejó el especial interés de su creador por los problemas de desarrollo personal espiritual y las dificultades por las que pasaban los ascetas orientales, en especial por «la escalera del divino ascenso», una obra célebre del monje ascético Juan Clímaco (siglo VI). Tampoco se descarta que las representaciones de los demonios vencidos por los ángeles surgiera bajo la influencia de la famosa santoral de la antigua Rusia «Vasili Novy» (siglo X) en la que se describen detalladamente las visiones del Juicio Final, el Paraíso y las torturas infernales, la guerra entre ángeles y demonios por la salvación del alma humana, y las virtudes contrapuestas a los vicios. No se descarta que esta peculiaridad iconográfica del icono se deba a que la obra se hubiera destinado a un monasterio cuya decoración se hubiera creado en una época en que el país se encontraba a la espera del inminente Juicio Final.