El gran duque Alekséi Nikoláievich (1904-1918), el heredero tsesarévich, fue el único hijo de Nicolás II y Alejandra Fiódorovna. Por línea de su madre, nieta de la reina inglesa Victoria, heredó la hemofilia. Su enfermedad, que causaba grandes sufrimientos, influyó considerablemente en la ascensión en la corte del campesino humilde Grigori Rasputin, pues se creía que sabía aliviar el estado del chico durante sus crisis.
Cuando Nicolás II abdicó, también lo hizo por su hijo enfermo. Alekséi fue ejecutado el 17 de julio de 1918 en Ekaterimburgo junto con sus padres, sus hermanas y los criados. Fue canonizado por la Iglesia Ortodoxa Rusa por mártir. El retrato del tsesarévich es obra de Serguéi Yegórnov, uno de los mejores e insólitos cuadros de Alekséi que se ha conservado hasta nuestros días.
