La parábola sobre el alma justa probablemente proceda de un Paterikon. El alma pura representada con la imagen de una doncella, vestida con indumentaria majestuosa, vierte el agua de sus lágrimas sobre las llamas del pecado. A sus pies está atado un león (la ira) y una serpiente domada con humildad (el pecado). En la cueva hay una figurita desnuda, que es el alma pecaminosa. La ausencia de ropa se relaciona con la falta de justificación en el Juicio Final. El tema es muy popular en pinturas murales y en los iconos de finales del siglo XVII. El primer grabado en madera se imprimió en Kiev en el año 1627. En forma de una estampa apareció a mediados del siglo XVIII, desde finales de siglo estaba presente en los lubkí de los Viejos Creyentes pintados a mano. Sirvió de original para esta estampa un cuadro de finales del siglo XVIII. Los iconos y lubkí Alma pura a menudo eran consideradas por el pueblo imágenes de la Virgen.