|
Artista desconocido
Óleo sobre lienzo
72 х 61
Museo Estatal de Arte Ruso. San Petersburgo
Este retrato de Iván el Terrible se pintó aproximadamente siglo y medio después de la muerte del zar y, para llevarlo a cabo, se tomaron descripciones históricas y literarias como fuente principal. De este modo, el resultado es más bien una representación imaginaria del dignatario que una estampa fiel de su verdadero aspecto.
El zar Iván IV Vasílevich (el Terrible) (1530—1584)
El zar Iván IV fue hijo del Gran Príncipe Basilio III, de la dinastía de Ruríkidas, y de Yelena Glínskaia, perteneciente a un linaje de príncipes lituanos. Tras ascender al trono en 1547 como el primer «zar de toda Rusia», impulsó en la década de 1550, junto con un estrecho círculo de personas allegadas, un ambicioso plan de reformas: en 1549, se celebró el primer Zemski Sobor (literalmente, «asamblea de la tierra», conformada por representantes de los principados rusos); al año siguiente, se implementó en toda Rusia una revisión del código legal, el Sudébnik, recopilación de todos los decretos emitidos por el gobierno hasta el momento que duplicó, en extensión, al anterior de 1497; creó ese mismo año el primer ejército permanente, los streltsí (arcabuceros), formado por hombres que prestaban un servicio militar a cambio de unos honorarios; y convocó el Stoglavi Sobor o Sínodo de los cien capítulos (1551), con el fin de unificar los ritos eclesiásticos y resolver cuestiones relativas a la canonización. En cuanto a políticas expansivas, llevó a cabo campañas exitosas para la anexión de los kanatos de Kazán (1552) y de Astrakán (1556), así como de Bashkiria (1557), pero sufrió una importante derrota en la guerra que libró contra Livonia a fin de conquistar para Rusia una salida al mar Báltico (1558—1583). El choque con los círculos opositores boyardos le llevó a crear, en 1565, la Opríchnina (palabra que deriva del ruso antiguo «oprich» y que significa «aparte», «a excepción de»), cuando el zar, después de adjudicarse el control personal de los territorios al noroeste de Moscú y formar un cuerpo de élite (los opríchniki), aplicó medidas extraordinarias para aplastar a las viejas estirpes de nobles boyardos con miras a una centralización del poder. En otros ámbitos, fomentó medidas para el desarrollo de la cultura, la construcción de iglesias y la educación. Tuvo siete esposas, según diversas fuentes. El pueblo le dio el apodo de «el Terrible» por las brutales ejecuciones que ordenó contra sus adversarios políticos. La historiografía lo ha valorado de una manera extremadamente ambigua.